Los viernes son ese día especial que esperamos la mayoría que vivimos de un salario o los que asisten a la universidad, que prácticamente son los que más se enfiestan los fines de semana.
Pero, ¿cómo sabe el cuerpo que es viernes?. Bueno, todo comienza desde el lunes, ese día que odia la mayoría, excepto los lunes festivos, esos días son comodines como los que salen en las cartas de naipe y que valen por cualquier carta. El cuerpo viene de un estado de comodidad, televisión, comida en la cama y dolor en los dedos de tanto estar con el celular tuitiando, enviando mensajes por whatsapp y aceptando solicitudes en facebook...si señores, esas cosas increíbles que solo se hacen los domingos, a veces nos da sueño el solo hecho de darle toda la vuelta a los 300 canales que hay en televisión y no encontramos sino películas repetidas. El desperdicio de tiempo en todo su esplendor.
Pero el verdadero problema empieza en la tarde del domingo, ese momento incomodo cuando sabes que el día que sigue todo vuelve a la normalidad, algunos lo llaman "síndrome de domingo por la tarde."
Entonces tu cuerpo sabe que el lunes hay que levantarse temprano, la semana es larga y ese día dura 48 horas, la pereza y el sueño son los que dominan, pero no es culpa de nosotros, es culpa de las actividades de relax del día anterior.
¿Cuando será viernes?, escuchamos decir a nuestro cerebro, pero tu le dices tranquilo, la idea es sobrevivir hasta el miércoles,..así es, el miércoles es como la mitad del camino, tanto así que he escuchado por ahí que llaman al jueves "juernes", osea un viernes chiquito, osea que para muchos el fin de semana comienza el jueves.
El jueves es cómo la puerta para el viernes, el jueves ya los ánimos están mejor,pero no ánimos de trabajar o estudiar, sino ánimos para salir y tomarnos una chelas,unas polas o unas amargas como algunos llaman a la cerveza.
Por fin es jueves en la tarde y tu cuerpo ya empieza a hacer planes y eso se sabe porque el ambiente es diferente, el día tiene otro color, no ese gris con el que se visten los lunes, excepto los lunes festivos, esos tienen como un vestido de varios colores.
Amanace y es viernes y tu cuerpo lo sabe, el cansancio de la semana desaparece como por arte de magia, es un día lleno de ambiente, escuchamos música en los locales, que invitan a un trago, se ve más gente en la calle y por una extraña razón casi nunca llueve ese día, es cómo si San Pedro también lo hubiera estado esperando y su cuerpo lo sabe.
En la oficina se hacen planes para la noche, algunos están mirando a las secretarias para ver a cuál van a invitar a salir, en la universidad, miran el reloj varias veces y la taberna de en frente donde ponen los clásicos se prepara para la llegada de los estudiantes. Sí, el cuerpo sabe que es viernes y la boca ya saborea la espuma de una "amarga", es un día para hablar de lo que nos pasó en la semana, para hablar de esa chica que nos gusta o para las damas hablar de hombres y del trasero de los chicos, porque de eso es lo que hablan cuando se reúnen.
Ha llegado la noche del viernes y huele a perfume, la noche es hermosa y no importa el clima como esté, los amigos esperan y algunos ya estaban en la mesa desde que salieron del trabajo, y típico le dicen al mesero que les guarde los bolsos.
Es un día especial, que esperamos la eternidad de una semana y al cuerpo no se le engaña, él sabe que es viernes...sólo me pregunto: ¿Porqué el viernes está tan cerca del lunes y el lunes tan lejos del viernes?
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